Artículo, original y completo, en
http://www.WorldChanging.org:
Re-birth of an environmentalistResumen:
Alan Atkinson escribe acerca del debate sobre la muerte del medioambientalismo. Cuénta que, a principios de los años 1990, en dos ocasiones sucesivas, abrió las conferencias anuales del Consejo Medioambiental del estado de Washington [USA]. En ambas ocasiones habló de que no quería llamarse a sí mismo "medioambientalista". Según él, el medioambientalismo suponía decir "No, deténte,
no hagas eso".
Pero ahora ya no es suficiente.
Para que decir "no" tenga sentido, tiene que haber un "sí": innovaciones y soluciones técnicas, económicas y culturales. Deben ser inventadas, promocionadas y adoptadas lo más rápidamente posible. No pueden hacer menos que "cambiar el mundo". Y eso no se estaba haciendo mucho a principios de los años 1990.
Pero ahora sí: energías renovables, cortocircuitar el desarrollo ("leapfrogging"), préstamos del tipo de los micro-créditos, nano-pintura comedora de contaminación, lo que tú quieras mencionar.
Habla de los "iconoclastas": los que desafían al estatus quo, se encadenan a los árboles milenarios para que no los talen, y dicen "no". Y habla de los "agentes del cambio", que desarrollan actividades "poco sexy" como promocionar estándares de maderas sostenibles, construir la tecnología para reciclar y dar forma a la madera, etc - todo ello, de forma que no sea necesario hacer aquellas talas.
Propone que los "iconoclastas" quemados o a punto de quemarse son, a menudo, los mejores "agentes del cambio", porque tienen los conocimientos y la sensibilidad.
Propone que actuar como "iconoclasta" es, hoy en día, aún más razonable que antes, porque ahora hay alternativas. Hay "síes" para ofrecer como alternativa al "no".
Propone que es necesario frenar los daños, que si no lo hacen los medioambientalistas no lo hace nadie, y que él personalmente ... ha vuelto a considerarse a sí mismo un medioambientalista ... también.